El esquema corporal es la toma de conciencia por parte del niño de su cuerpo y del sitio que ocupa en el espacio. Da al cuerpo una imagen concreta de sus posibilidades de acción, un control más preciso de los movimientos y da al niño un sentimiento de seguridad en sus actividades motoras.

Un aprendizaje esencial

Desde el nacimiento esta imagen del cuerpo va a formarse a partir de los múltiples  datos sensoriales que pueden clasificarse en las dos categorías siguientes:

  • Aquellas que son resultado de percepciones internas. Se tratan de las informaciones provenientes de la actividad propia de ciertos órganos, sensaciones musculares y articulares. Aportan el niño información sobre su propio cuerpo.
  • Aquellas que son resultado de percepciones externas. Se tratan de las informaciones provenientes de estimulación del medio exterior recibidas gracias a los sentidos del niño. Permiten una mejor situación del sujeto con respecto al espacio y a los objetos. Con la ayuda de estas dos fuentes de información el esquema corporal esta en perpetua construcción (por ejemplo el adolescente…) y tiene nuevos objetos (aprendizaje de un instrumento de música, de un deporte…)

Progresivamente, toma conciencia de sí mismo…

Es progresivamente que un niño toma conciencia de sí mismo, e integra los limites de su cuerpo, que es personal y le diferencia entre los otros. Distinguirá así lo que pertenece al yo y lo que no pertenece.

Podemos observar que hacía los 6 meses reacciona al reflejo de su imagen en el espejo. Pero reacciona de la misma manera que reacciona al reflejo de otro niño. Es más, suele interesarse más por el reflejo de su madre que reconoce en el espejo sin entender que es una imagen. El reconocimiento de su propia imagen tardará un poco más en aparecer.

El grado del espejo

Hacía los 8 meses, sobreviene una evolución psíquica del niño que llamamos «el grado del espejo». Delante del espejo va progresivamente identificar su cuerpo y a tomar conciencia de si mismo.

>> Saber +: Los espejos en edad preescolar

Espera una reacción de su reflejo en el espejo. La madre que le tiene en los brazos ( o esta detrás de él) va a nombrarle esta imagen y le dira «es la imagen de tu cuerpo, eres tu quién está en el espejo». delante del espejo va progresivamente identificar su cuerpo y tomar conciencia de sí mismo.

Estas palabras de la madre le hará tomar conciencia de su existencia clara, ella y él. Va a buscar confirmación volviéndose para ver a su madre detrás ( o al lado de) él.

Hacía el año, el niño comienza a acordar a su imagen una realidad más simbólica. Puede tocar una parte de su propio cuerpo refiriéndose a su imagen en el cuerpo, sin embargo los gestos serán más torpes e imprecisos que en una situación normal. La imagen en el espejo se vuelve para él un símbolo.

Hacía los 16-18 meses el niño desarrolla su experimentación por comparaciones entre su cuerpo real y la imagen, Es al final de este periodo que accede a su imagen en el espejo.

« Puede probar usted mismo la experiencia con su hijo mostrandole una primera vez su reflejo en el espejo después hacerlo una segunda vez con una pegatina de colores en la nariz. Descubrirá con sorpresa en que etapa está su hijo, cuando comprenderá su imagen se quitará la pastilla».

Las consecuencias de un esquema corporal mal estructurado

Un esquema corporal mal estructurado puede desarrollar:

  • Del lado de la percepción, un déficit de la estructuración espacio temporal (dificultad de adaptación, dificultad de aprendizaje: estructuración, ritmo, escritura, matemáticas).
  • Del lado de la motricidad, torpeza y una mala coordinación (producción oral, escrita).
  • Del lado de la relación con otros, la inhibición, la inseguridad y la agresividad (dificultad de construcción de las relaciones, dificultad ligadas a la ausencia de las interacciones con otros).

Bilibo: Bilibo es un divertido juguete que se puede transformar según los deseos y la imaginación de los niños: a veces es una peonza, un puente o un asiento para moverse o balancearse… otras veces es un contenedor para llenar, vaciar, trasvasar… Acompaña a los niños durante un largo período de su desarrollo. De plástico resistente. 6 colores disponibles. Diámetro: 45 cm. A partir de 2 años.

Peonza: Estimula el movimiento, el equilibrio y el sentido vestibular de los más pequeños. Para mayor comodidad utilízala con el cojín antideslizante (no incluido). Del revés se convierte en un escondite o en un montículo para escalar. Ofrece una protección para evitar que los niños se puedan hacer daño en las manos o en la cabeza. Diam. 68 cm. Altura: 26,50cm. En plástico naranja. Desde 9 meses y hasta los 4-5 años. Hasta 30kg.

Una vivencia corporal negativa

La discapacidad modifica algunas posibilidades físicas pero entrena igualmente una modificación de la estima en uno mismo con una desvalorización que acentúa aún más la exclusión y la angustia. Esto es así en todas las discapacidades pero con matices. Una discapacidad sobrevenida en la nacimiento o a edad temprana perturbaría todo el universo de la persona ya que su psique se habrá construido con perturbaciones debidas a la discapacidad, no solo por él sino también por su entorno.

Por ejemplo un niño malvidente tendrá un desarrollo psicomotor más lento que el de otro niño. Andará más tarde, entre los 22 y 25 meses ya que su esquema corporal se desarrolla mas lentamente ya que recibe estímulos menos importantes. No tiene esas ganas de descubrimiento que lleva al recién nacido a levantarse. El espacio es para él sobre todo  una fuente de angustia. Sin embargo,  si  retomamos el mismo ejemplo, un niño ciego no podrá ser autónomo sin tener buenas competencias psicomotoras como la laterización, la motricidad fina, el tacto, la organización del espacio… Por eso la importancia de una intervención precoz.

 


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