La actividad libre y autónoma es fundamental en el equilibrio afectivo y en el desarrollo del niño, le ayuda a afirmarse como persona. Si el niño se siente seguro afectivamente será un niño que puede explorar el mundo con un dominio más armonioso de su cuerpo y motricidad para observar, manipular su cuerpo, los objetos y explorar su entorno. Os presentamos nuestra entrevista a Tatiana Boal especialista en Crianza y Educación Consciente, para entender qué es la motricidad libre, conocer sus beneficios y saber cómo podemos practicarla.
¿En qué consiste la motricidad libre?
La Motricidad Libre (o Motricidad Autónoma), en el marco de la Pedagogía de Emmi Pikler, consiste en favorecer en el niño el aprendizaje autónomo. Es decir, que aprenda por sí mismo a través de la exploración libre -actividades autónomas-, que vive con sensación de competencia y placer en un entorno preparado y seguro a todos los niveles:
– Actitud respetuosa del adulto, que no interviene en su actividad libre (respeta su ritmo individual de desarrollo).
– Mobiliario y materiales sencillos y cotidianos, ajustados a su nivel actual de competencia y desarrollo con los que interactúa con total libertad desde su impulso exploratorio natural.
– Ambientes tranquilos, cuidando al máximo la sobreestimulación a todos los niveles: volumen y tono de voz, tensión corpora-emocional en los movimientos y gestos del adulto, niveles de ruido y distracciones sonoras (músicas, etc.),…
– Contacto frecuente con la naturaleza: las actividades al aire libre en todas las estaciones del año fortalecen la salud a nivel global.
¿Cuáles son sus beneficios? ¿Y defectos?
Son múltiples los beneficios para la salud global del niño y el desarrollo sano de su personalidad futura.
Gracias a todas las condiciones que se dan durante sus actividades autónomas, el niño/la niña podrá:
– Anclar y desarrollar un vínculo de apego sano con sus referentes de apego (madre, padre y cuidadoras/es principales).
– Tomar conciencia de sí mismo y de su entorno: conocerá su cuerpo y será más consciente de sus límites, con el consecuente desarrollo de su capacidad de autorregulación.
– Desarrollará una comunicación eficaz y cooperativa con su entorno humano (con el adulto, con sus iguales) anclándose la confianza mutua.
– Desarrollará una autoimagen positiva y la capacidad de autoaceptación y aceptación del otro: «yo soy bueno», «el otro (el objeto > mamá > el adulto) es bueno», el mundo es bueno».
– Se sentirá competente y capaz de tomar decisiones por sí mismo, desarrollando una sana autoestima: «yo puedo > yo sé > yo quiero (motivación intrínseca)».
– Grabará experiencias de logro en su memoria corporal y puede desplegar su creatividad.
En cuanto a los «defectos», siempre provienen de la competencia del adulto, único responsable de ofrecer al niño un entorno óptimo a todos los niveles.
¿Cómo ponerla en práctica en casa?
- Tomando conciencia de que el niño es el verdadero protagonista de sus aprendizajes y no necesita nuestra intervención constante, sino nuestra presencia atenta y consciente.
- Respetado sus iniciativas cuando lo sostenemos en brazos, cuando lo vestimos o le damos de comer…
- Organizar los materiales que explora en función de sus gustos e intereses.
- Ajustar el mobiliario doméstico (espacios bien delimitados con suelo firme y cálido, desniveles con cajones o cojines duros, barreños grandes, túneles de gateo, etc.) para que explore sus posturas y movimientos con seguridad y placer.
¿Y para los niños con algún tipo de discapacidad es aplicable?
Las niñas y niños que llevan un «desarrollo lento o diferente» (como son nombrados desde el Enfoque Pikler-Lóczy) son tratados según los mismos principios, con la única diferencia de que los profesionales que se ocupan de ellos adaptan todas las condiciones de actitud y de entorno a su ritmo particular de desarrollo, complementando su acompañamiento con la consulta interdisciplinar con otros profesionales en aquellas áreas relacionadas con su «discapacidad» (atención temprana, integración sensorial, reflejos primitivos, etc.).
Sobre Tatiana
A raíz de mi maternidad me especialicé en Maternidad, Paternidad y Crianza-Educación Conscientes y comencé a ofrecer formación y asesoramiento (individual y grupal) para profesionales y familias en el ámbito del Acompañamiento Respetuoso de la Infancia.
Luego incorporé a mi perfil la formación en Prevención e Intervención Psicosocial en el marco de la Ecología de los Sistemas Humanos (Crianza Ecológica), basada en el trabajo de Wilhelm Reich sobre la formación del carácter en las primeras etapas de la vida.
Si quieres contactar con ella, puedes escribirle a tatianamarem@gmail.com
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