El sueño es un factor muy importante en el desarrollo de los niños. Para conseguir un sueño reparador existen astucias a poner en práctica por los padres y que pueden ser muy eficaces. ¡Echa un vistazo!
1. Desarrollar rutinas antes de acostarse
Cuando son pequeños hay que intentar adquirir un ritmo permanente y reconfortante para crear un hábito sano antes de acostarse. De esta forma el niño se va preparando. Puede ser por ejemplo: baño – masaje – cena – leer un cuento – dormir. Hay que evitar que el niño identifique el acto de irse a la cama como un castigo o una separación forzada de los padres.
2. Dormir solo en su propia habitación
A veces los niños reclaman dormir con los padres, o se levantan al poco de acostarse para buscarlos… ya que existe miedo a separarse de ellos. Hay varias cosas que pueden ayudarle como dejar la puerta abierta de su habitación, una pequeña luz encendida, o darle un peluche que lo reconforte, y con el que pueda jugar si se despierta. Muchas veces es una cuestión de disciplina más que un trastorno propiamente dicho.
3. Si se despierta, calmarlo con caricias
Cuando el niño se despierta a causa de una pesadilla, ve a su cuarto, abrázale y dedícale unas palabras de consuelo, como “se ha terminado, ya pasó”.De esta forma le ayudas a romper el vínculo entre lo real y lo irreal. Beber un vaso de agua tranquiliza y lo mejor es quedarse con él hasta que se le pase o cuente su pesadilla.
4. Ambiente relajante en la habitación
La temperatura ambiente no debe ser muy alta: entre 18 y 22 grados. El frío o el calor excesivo pueden provocar ‘microdespertares’ que alteran el ritmo normal del sueño. Hay que evitar el ambiente seco, que reseca la boca y dificulta la respiración y, para ello, los humidificadores son un buen aliado. Lo ideal es que la humedad esté entre el 50% y 70%. Alejar las lámparas, los cables y los enchufes de la cama y, si es posible, desconectarlos ya que pueden crear campos electromagnéticos que alteran el sueño. Evidentemente evitar los ruidos, una buena ventilación de la habitación y un colchón y almohada adaptado a la edad del niño. Importante también la oscuridad en la habitación para ayudar a conciliar el sueño.
5. Evitar comida y bebida excitante antes de dormir
Aunque pensamos que la cafeína está simplemente en el café ¡estamos equivocados! Existen otras fuentes ocultas de cafeína que los niños pueden tomar como és con sabor a fruta embotellada, bebidas energéticas, bebidas deportivas, barras energéticas e incluso algunos refrescos sin cola. Tampoco es recomendable consumir grandes cantidades de azúcar refinado antes de dormir, ya que esto provocará una sobreexitación que dificultará la conciliación del sueño. Por eso es aconsejable evitar, además de chocolates, postres, dulces o a los que haya que añadir azúcar, así como productos de bollería industrial.
6. Evitar las siestas muy largas
Está claro que los bebés necesitan realizar varias siestas durante el día para su correcta salud, sin embargo conforme van creciendo hay que encontrar el justo equilibrio para que no alteren el sueño nocturno. Teniendo en cuenta que cada niño es un mundo y lo que para algunos una siesta de 30 minutos es suficiente para otros es necesario 2 horas.
7. Exceso de líquidos que lo despierte durante la noche
Si un niño bebe mucho, filtra más orina, llena la vejiga, esto le incomoda y puede despertarle con más frecuencia. Lo que rompe el ritmo de sueño del niño ¡y de los padres! Hay que intentar reducir progresivamente la cantidad de líquido antes de dormir hasta llegar a una razonable. De todas formas el niño no va a deshidratarse. Puede pasar algo parecido cuando el niño no ha comido lo suficiente y existe una sensación de hambre que provoca el despertarse a mitad de noche.
8. Actividad física intensa 1 – 2 horas antes de acostarse
Tras un ejercicio físico intenso existe un aumento de adrenalina y cortisol lo que puede hacer que sea difícil conciliar el sueño. Una solución puede ser un buen baño caliente para relajarse antes de ir a la cama o una sesión con nuestro proyector relajante.
9. Evita el uso de móviles, ordenadores, tabletas
La exposición a las pantallas (teléfonos móviles, tabletas, ordenadores, videojuegos) de los niños antes de dormir altera la producción de melatonina, hormona que se secreta de manera natural como una respuesta a la oscuridad. La luz artificial altera nuestro ciclo de sueño provocando retraso de fase y, en algunos casos, insomnio. Los niños con ciclos de sueño alterados tiene un riesgo de no producir los niveles de hormona de crecimiento necesarios para su desarrollo, lo que puede desencadenar problemas de estatura y talla.
10. Nunca asocies el sueño con un castigo
Si amenazas con llevarlo a la cama si no se está quieto o si no se come la cena, el niño va a a identificar la cama y el acto de irse a dormir como algo negativo. Ante esta percepción errónea, el miedo a acostarse puede instalarse. Será mucho más complicado corregir la situación a posteriori.
Además de todas estas astucias para ayudar a tu hijo a dormir mejor, los padres tiene que dar ejemplos con buenos hábitos de sueño. Recuerda que ante cualquier duda se debe visitar al pediatra. La mayoría de trastornos del sueño son comunes y tienen tratamiento.
Además te invitamos a ver este vídeo del doctor Óscar Sans, coordinador de la Unidad Pediátrica del Sueño del Hospital Sant Joan de Déu en Barcelona, primera unidad pediátrica acreditada por la Sociedad Española del Sueño.
¡Felices sueños!
Fuentes:
http://faros.hsjdbcn.org/es/articulo/principales-trastornos-sueno-ninos-como-tratarlos
Trastornos del sueño en la niñez. Associació Espanyola de Pediatria.
http://www.doctorferre.com/parasomnias-en-edad-infantil
Pin Arboledas G. El síndrome de retraso de fase y la narcolepsia. En: AEPap ed. Curso de Actualización Pediatría 2008. Madrid: Exlibris Ediciones; 2008. p. 79-85.
http://www.cuidateplus.com/enfermedades/neurologicas/sonambulismo.html
http://www.20minutos.es/noticia/2337639/0/dormir-bien-salud/consejos/dormitorio-perfecto/
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