La dislexia consiste en una dificultad específica de aprendizaje (DEA) definida como “Desorden en uno u más de los procesos básicos que involucran la comprensión oral y escrita del lenguaje”. Los síntomas se manifiestan una vez la escuela comenzada, entre los 7 y 8 años, sobre todo en áreas como el habla, la lectura, escritura y deletreo así como una dificultad para manejar signos matemáticos.
A día de hoy, la dislexia está considerad como una condición congénita y evolutiva, y aunque todavía no hay una gran certitud acerca de sus causas se sabe que su efecto es crear ciertas anormalidades neurológicas en el cerebro: se ha comprobado que los niños disléxicos no utilizan las mismas partes del cerebro que los no disléxicos.
Las consecuencias de la dislexia en el colegio pueden llevar al alumno a un fracaso escolar, ya que implica un desinterés o incluso fobia por la escolaridad: notas bajas, aislamiento social, baja autoestima… Lo que nos lleva a la conclusión de la importancia de identificar los síntomas en el colegio para llegar a un diagnóstico. El profesor cualificado adaptará el programa de estudios a las necesidades educativas específicas del niño, lo que permitirá desarrollar su confianza en sí mismo, su motivación y las herramientas educativas necesarias para aprender.
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¿Cómo identificar la dislexia?
Como hemos indicado anteriormente, los síntomas de la dislexia comienzan a manifestarse entre los 7 u 8 años, pero existen ciertos indicadores o «señales de alarma» en atención temprana que pueden ayudar a obtener un diagnóstico más rápido.
Entre los 2 y 6 años
- Desarrollo lento del vocabulario y retraso en el desarrollo del habla con dificultades para articular o pronunciar palabras
- Dificultad para comprender y localizar las distintas partes del cuerpo.
- Problemas para memorizar los números, el abecedario, los días de la semana, los colores y las formas.
- Nociones de orientación alteradas, el niño confunde la derecha con la izquierda y dificultad para comprender nociones temporales como hoy, ayer y mañana.
- Dificultades motoras: torpeza al correr, saltar y brincar.
- Problemas de habilidades sociales con los otros niños.
- Dificultad con la motricidad fina: recortar con tijeras, manejo del lápiz, subir la cremallera…
- Falta de atención y aumento de la actividad e impulsividad.
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Entre los 7 y 11 años
- Dificultades evidentes con la lectura: inversión de sonidos y números, falta de fluidez, problemas de comprensión.
- Escritura: su letra es mala y desordenada, dificultades ortográficas y gramaticales anormales para su nivel. Invierte letras, números y palabras. Gran diferencia entre su organización y estructuración de sus pensamientos de manera oral o escrita.
- Aunque en el lenguaje oral presentan menos problemas que en el escrito, puede apreciarse dificultad en la pronunciación de palabras, invirtiendo, sustituyendo o cambiando sílabas.
- Dificultades para la comprensión de las matemáticas (contar con los dedos), manejar el dinero y no logra saber la hora, día, mes y año.
- Problemas de motricidad y coordinación del cuerpo que se traducen en una torpeza física (ir en bicicleta, saltar a la cuerda, apuntar con una pelota…).
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Otros rasgos de la dislexia
Además e este tipo de deficiencias, podemos encontrar en los niños disléxicos otro tipo de comportamientos o patologías asociadas como los trastornos de la atención, con hipo o hiperactividad, disfasia, dispraxia, discalculia, trastornos emocionales..
En algunos casos aparecen otro tipo de rasgos como un oído muy fino, sensibilidad alimentaria, sueño profundo o muy ligero, moja de vez en cuando la cama, desordenado, gran curiosidad y creativo, con saltos bruscos de humor y una gran sensibilidad emocional…
Pese a toda esta cantidad de estudios e información, diagnosticar la dislexia durante las primeras fases de escolarización es muy complicado. En muchas ocasiones el maestro debe hacer la diferencia entre la dislexia y otras dificultades de aprendizaje transitorias. Sin embargo una vez que ésta es diagnosticada por los especialistas y el niño y su familia son asesorados, el maestro debe realizar una adaptación del programa de estudios a las necesidades del alumno. Este tipo de medidas personalizadas va a dar confianza en si mismo al niño y va a aumentar su motivación para aprender y evolucionar de forma positiva durante el curso.
Fuentes:
Guía general sobre dislexia ASANDIS
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