Para hablar, necesitamos coordinar varios movimientos, entre los que están los de la lengua, los labios y las cuerdas vocales. El niño que presenta una dispraxia verbal tiene la dificultad en planificar y en programar todos los movimientos necesarios para emitir los sonidos correctamente. Aparece una dificultad para que el cerebro envíe las buenas instrucciones a la boca para que realice los movimientos pertinentes. A esta dificultad la llamamos dispraxia verbal.
Qué es la dispraxia verbal
La dispraxia verbal es un trastorno específico del desarrollo del lenguaje que se caracteriza por un déficit en varios niveles del procesamiento del habla: déficit en la planificación fonológica, en la planificación fonética y en la implementación del programa motor de habla.
Es cierto que la dispraxia verbal comparte rasgos clínicos con otros trastornos del desarrollo del lenguaje y se parece a otras entidades diagnósticas, por ello se debe diferenciar con aquellos niños que tienen dificultades a nivel fonológico. Ya que la dispraxia verbal es más un problema motor.
Los músculos funcionan, ya que el niño con dispraxia verbal no tiene problemas ni de reflejos, ni de parálisis o de debilidad muscular, sin embargo no funcionan como es debido.
Causas de la dispraxia verbal
La causa exacta de la dispraxia verbal es por el momento desconocida, sin embargo se sabe que es un trastorno neurológico. Adquirido antes de nacer, durante el nacimiento o por algún daño cerebral durante su infancia.
La dispraxia verbal no está causada por una falta de estimulación o porque el niño sea perezoso. Y se estudia la posibilidad de que sea genética ya que es más frecuente entre los niños que tienen uno de los padres dispráxicos verbales.
Características de la dispraxia verbal
En la dispraxia verbal existen varias alarmas que deben conocerse para poder llegar a un diagnóstico. En muchas ocasiones se confunden con otros trastornos del aprendizaje en el lenguaje, por ello se debe tener en cuenta factores como el entorno, la educación… Sus principales características son:
- Inteligibilidad apreciable
- Errores en los sonidos del habla (emisión distorsionada de gran número de sonidos) y en la articulación de vocales
- Esfuerzo, tanteos o titubeos en la producción de algunos o incluso todos los fonemas
- Dificultad para producir voluntariamente fonemas aislados o secuencias de fonemas producidos correctamente en otras ocasiones
- Fallos en la ejecución, en aislar y secuenciar movimientos orales
- Dificultad para la realización de tareas con sonidos que, de forma aislada, ha producido correctamente
>> Saber más: TEL o trastorno específico del lenguaje
7. Aumento del número de errores con el incremento de la longitud del enunciado
8. Alta incidencia de errores relacionados con el contexto
9. Inconsistencia en los patrones de errores de articulación
10. Patrones desviantes durante el desarrollo del habla
11. Evolución muy lenta durante el tratamiento
Dispraxia verbal y tratamiento logopédico
La mayoría de observaciones clínicas afirman que la respuesta a cualquier tipo de tratamiento de los niños con dispraxia verbal es muy lenta. Existen varios programas de intervención logopédica en los niños con dispraxia verbal que consisten en mejorar los aspectos más dañados con respecto al problema motor del habla y que se centran en:
– Mejorar el control voluntario de los movimientos articulatorios para llegar a automatizarlos.
– Conseguir la pronunciación de fonemas que no han podido resolverse con técnicas habituales de estimulación auditiva o visual
– Mejorar los aspectos de secuenciación de sílabas para formar palabras.
– Mejorar la prosodia
Primer programa: se basa en el control motor y para ello se hace hincapié en actividades masivas de repetición voluntaria, consciente y precisa de sílabas y secuencias de sílabas. Pretenden mejorar los programas neuromotores de habla mediante ejercicios intensivos de control voluntario de emisión de secuencias.
Segundo programa: de intervención se basa en los sistemas aumentativos. En España se ha difundido mucho esta idea gracias a Monfort y Juárez y su idea se basa en aumentar los canales de entrada del lenguaje. Para ello, se deben utilizar gestos de apoyo al fonema semejantes a los que se emplean con niños sordos cuando se quiere trabajar la correcta pronunciación. Se asocia un gesto a cada fonema y se le proporcionan ayudas pictográficas que recuerdan el gesto asociado. Estos pictogramas pueden incluso realizarse entre el paciente y el logopeda.
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Tercer programa: está basado en las melodías, la Melodic Intonation Therapy (MIT), que el logopeda emite y que el paciente debe repetir. Normalmente en el canto de las frases marca de forma exagerada las sílabas tónicas y el ritmo se adapta al niño ralentizando si es preciso pero manteniendo la transición entre los fonemas gracias a la melodía.
Cuarto programa: es utilizar el lenguaje escrito para mejorar la pronunciación. La escritura reproduce en el espacio del papel la secuencia que el habla produce en el tiempo. La escritura aporta estabilidad al niño dispráxico: mantiene a la vista, de izquierda a derecha la secuencia de fonemas que él no encuentra o pierde constantemente
Los problemas en la adquisición del lenguaje sin embargo son mucho más complejos que un trastorno motor y necesitan un abordaje terapéutico global.
Fuentes:
«Intervención logopédica en la dispraxia verbal». María del Pilar Jiménez Hornero, septiembre 2011
«Dispraxia verbal: características clínicas y tratamiento logopédico». A Ygual-Fernández, J.F Cervera-Mérida
AMERICAN SPEECH-LANGUAGE-HEARING ASSOCIATION. Childhood Apraxia of Speech www.asha.org
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