«Tu hijo tiene un problema de lateralidad cruzada, que le provoca dificultades de aprendizaje». Es muy probable que escuches este tipo de frases en el entorno escolar de tu hijo. Lejos de ser una catástrofe, la lateralidad y sus diferencias son particularidades que hay que conocer para adaptar el aprendizaje.
Lateralidad: ¿qué es?
La lateralidad es el hecho de utilizar más fácilmente una mitad del cuerpo: la derecha o la izquierda. Este predominio funcional suele aparecer claramente en el uso de la mano principal. Sin embargo, también puede expresarse para los ojos, los oídos, las piernas, los pies y otros órganos o partes del cuerpo.
Originalmente, la lateralidad se define en el cerebro: las funciones se distribuyen según los hemisferios izquierdo y derecho, inversamente a las extremidades del cuerpo. Aproximadamente uno de cada cuatro niños presenta trastornos relacionados con la lateralidad (no lateralizada, lateralidad cruzada y lateralidad contrastada).
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¿Cuál es el objetivo de la lateralidad?
En primer lugar, la lateralidad nos permite organizarnos en el espacio y tener una buena percepción espacial. Una lateralidad definida facilita el aprendizaje complejo y abstracto. Permite definir qué hemisferio del cerebro predomina en el control motor de una extremidad.
La lateralidad puede verse alterada por circunstancias culturales y sociológicas, al menos en su aspecto morfológico (expresado), como en el caso de los zurdos frustrados, por ejemplo.
¿Derecha o izquierda?
Una persona diestra utiliza su mano derecha con mayor frecuencia, lo que significa que el hemisferio izquierdo del cerebro es dominante. Una persona zurda utiliza más a menudo su mano izquierda y muestra un dominio de la derecha para los centros de mando.
Pero una persona zurda puede ser «contraria», lo que significa que su hemisferio dominante es el derecho, pero utiliza la mano derecha debido a fuertes influencias socioculturales. Cada vez hay menos zurdos contrarios, pero hace unas décadas los profesores obligaban a los niños a escribir con la mano derecha.
¿Y los demás?
Una persona ambidiestra utiliza por igual las extremidades derecha e izquierda. Esto puede provocar problemas a la hora de aprender a escribir, o en otras situaciones que requieran habilidades motoras finas. Una lateralidad cruzada induce un uso de los hemicuerpos, claramente. Por ejemplo, una persona con lateralidad cruzada utilizará su oído derecho, su ojo derecho, su pie izquierdo y su mano izquierda. Por último, la indefinición de la lateralidad conduce a un uso indistinto y fluctuante de las extremidades derecha e izquierda.
¿Cuándo debe abordarse la lateralidad?
La lateralidad puede ser motivo de preocupación si su hijo utiliza ambas manos indistintamente, o si usa una mano para comer y la otra para escribir, por ejemplo. Si su hijo padece trastornos DYS (dislexia, disortografía, discalculia, etc.), es posible que la causa sea una lateralidad indeterminada. Por último, si su hijo realiza las tareas escolares con demasiada lentitud o si tiene problemas para distinguir entre la derecha y la izquierda, es posible que tenga un trastorno de lateralidad.
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¿Por qué hay más diestros que zurdos?
El proceso de lateralización desempeñará un papel esencial en el desarrollo del niño, permitiéndole adquirir una buena percepción de su cuerpo y manipular objetos. En esta sección, encontrará juegos de motricidad fina para mejorar la concentración, la destreza y la coordinación bilateral, al tiempo que desarrolla la agilidad de las manos y los dedos.
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