Aprender a leer es un paso importante en la educación y el desarrollo del niño. Este proceso de aprendizaje presenta muchas dificultades, especialmente para los niños disléxicos. Para poder ayudarles, es fundamental realizar una evaluación logopédica. Esta evaluación permitirá realizar un seguimiento, aplicar medidas y usar herramientas para ayudar al niño en su aprendizaje. En este artículo puedes leer consejos de una logopeda, sobre cómo crear un entorno que facilite la lectura a los niños disléxicos.
¿Qué es la dislexia?
La dislexia es un problema de aprendizaje de origen neurológico. Se trata de una disfunción en el área del cerebro que permite procesar con precisión y rapidez los sonidos de las palabras. El niño puede presentar uno o varios de estos síntomas:
- El niño lee muy lentamente.
- Invierte, omite, y confunde palabras (confusiones auditivas y confusiones visuales).
- El niño lee una palabra en lugar de otra
Estas dificultades de lectura repercutirán sistemáticamente en la comprensión de lo que se ha leído.
Es importante saber que la dislexia no se puede explicar por una deficiencia visual, una deficiencia intelectual, por falta de estimulación ni por falta de esfuerzo por parte del niño. El niño nace disléxico y tendrá que vivir con sus dificultades a lo largo de su vida. Sin embargo, puede encontrar formas de compensarlas que permitan ayudarle y evolucionar.
Las medidas
En términos prácticos, ¿qué se puede hacer para ayudar a un niño disléxico?
Pueden aplicarse muchas medidas en el entorno escolar del niño, pero también pueden trasladarse a su contexto extraescolar. Aquí te mostramos algunas ideas que pueden facilitar la vida de los niños con dislexia:
- Adaptar la tipografía: usar preferiblemente Arial, Verdana, Comic sans MS o Tahoma (evitar la Times New Roman).
- Ampliar el texto.
- Aumentar el espacio entre las líneas para que el texto esté más separado.
- Dejarle más tiempo al niño.
- Limitar la lectura a ciertas partes del texto.
- Evitar la presentación en forma de columnas.
- Que un compañero lea el texto o partes del mismo, hacer una grabación de audio o una síntesis de voz para tranquilizar al niño lo máximo posible.
- Utilizar guías o subrayadores de lectura.
- Si es posible, no pedirle que lea en voz alta delante de sus compañeros.
¿Para qué sirven las guías de lectura?
Las guías de lectura aún no son muy conocidas, pero pueden ayudar a muchos niños con dificultades para leer. Como puedes ver en las distintas fotos, existen varios formatos de guías de lectura.
Punteros y ventanas de lectura
Algunos de ellos, gracias al puntero en forma de flecha, permiten visualizar el sentido de la lectura (de izquierda a derecha). Permiten que el niño que lee se centre en las palabras que se destacan con la guía de lectura. Así, otras palabras y líneas quedan inhibidas gracias al efecto de transparencia de la guía. Esto evita los saltos de línea y las sustituciones de palabras. Le sugerí esta herramienta a una niña que tenía tendencia a saltarse líneas cuando leía y no he vuelto a notar este tipo de error durante el ejercicio.
Basándose en el mismo principio, también están las ventanas de lectura.
Guías de lectura (lote de 10): el ojo se centra en el texto subrayado por la guía de lectura, dejando que el niño que lee tenga una visión parcial del resto del texto gracias a la transparencia del plástico. El puntero en forma de flecha indica la dirección de la lectura hacia la derecha.
Reglas de lectura de colores (lote de 10): estas 10 reglas de lectura permiten aislar las líneas para facilitar la localización y la lectura. El área de lectura se puede personalizar con pestañas de colores traslúcidas (azul, rosa, verde o amarillo) para una mejor discriminación visual. Cada usuario puede probar el color que más le convenga.
Subrayadores o marcadores de texto
Los subrayadores también son una ayuda para la lectura. Permiten al lector detenerse en una parte del texto concentrándose en algunas palabras clave. Como puedes ver en la imagen de abajo, después de leer el texto, se pide al niño que responda a las preguntas y, por tanto, que vuelva a consultar el texto. El subrayador es muy útil para encontrar la línea en la que estaba la información y evita tener que utilizar un subrayador permanente.
En la imagen de la derecha, se ve un subrayador compuesto por un puntero en forma de flecha que recuerda al niño la dirección de la lectura.
Marcadores de texto (lote de 10): a algunos lectores les resulta incómodo leer el texto convencional en blanco y negro. Estos subrayadores reducen el contraste entre el texto y el fondo, así como cualquier brillo, reduciendo así el estrés visual. Lote de 10 de diferentes colores.
Marcadore lote de 12): un puntero que a la vez subraya una línea de texto pero sin ocultar el resto del párrafo. El dedo que apunta a la derecha da una pista visual sobre la dirección de la lectura.
Solukit de lectura: los niños lectores pueden necesitar distintas ayudas dependiendo de su progreso. Este lote permite guiarle en su aprendizaje. El paquete contiene dos ventanas de lectura, dos guías de lectura, dos subrayadores de texto y dos punteros subrayadores.
¿Cómo se utilizan las guías de lectura y los subrayadores?
El formato utilizado dependerá de las dificultades, las necesidades, los progresos y, también, de las preferencias del niño. De hecho, algunos niños se sienten más cómodos utilizando ciertas guías que otras.
No obstante, todos los niños que pudieron probar estas herramientas, necesitaron una fase de adaptación. De hecho, el uso de guías, ventanas o subrayadoresde lectura requiere una fase de descubrimiento. Durante este tiempo, el niño tiene la oportunidad de probar los diferentes formatos que se le ofrecen, pudiendo establecer así sus preferencias.
Después de la fase de descubrimiento viene la fase de aprendizaje. En esta fase el niño sencillamente aprende su uso de forma eficaz. Debe entender que la guía de lectura tiene que moverse mientras lee y esto requiere una verdadera práctica.
Por último, deberá realizarse una fase de automatización para comprobar que el niño es capaz de utilizarlas en clase, pero también en casa y siempre que las necesite.
¿Es necesario realizar un seguimiento logopédico?
Si se trata de un niño con importantes dificultades de lectura, es aconsejable consultar a un logopeda para que realice una evaluación logopédica completa. Tras esta evaluación, el terapeuta decidirá si debe realizarse o no un seguimiento.
El logopeda también podrá realizar un diagnóstico diferencial. Es decir, podrá diferenciar entre un retraso en la lectura y un verdadero problema de dislexia. El retraso en la lectura, a diferencia de la dislexia, puede estar relacionado con una falta de estimulación, con dificultades psicológicas, dificultades o trastornos del lenguaje oral, etc. En general, el retraso puede recuperarse gracias a un seguimiento logopédico regular e intensivo.
Es importante tener en cuenta que, en el caso de la dislexia, el logopeda puede mencionar en su evaluación las distintas medidas que deberían aplicarse en el entorno escolar.
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Darles el gusto por la lectura
Estos niños, para los que la lectura es lenta, laboriosa y aterradora, necesitan leer cosas que les gusten y que les motiven. Para mejorar al máximo su capacidad de lectura, se recomienda realizar un entrenamiento diario. Entonces, ¿por qué no proponerles textos sobre fútbol si eso es algo que forma parte de sus intereses?
Estos mismos niños suelen tener falta de confianza en sí mismos, por lo que será importante animarlos y apoyarlos y poner en marcha todas las medidas razonables que puedan ser necesarias.
Publicado el 13 de septiembre de 2021. Actualizado el 18 de enero de 2024.
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