En este artículo, te ayudamos a cambiar tu imagen del aburrimiento y la de tus hijos. El aburrimiento es generalmente malinterpretado y lo miramos como algo peyorativo, sin embargo, tiene muchos beneficios. A final de la lectura, ¡animarás a tu hijo a aburrirse!
Ideas preconcebidas sobre el aburrimiento
«Me aburro», «no sé qué hacer», «pierdes el tiempo sin hacer nada», son expresiones que probablemente ya hayas escuchado o incluso pronunciado. En nuestras sociedades modernas, donde se fomenta la eficiencia, la productividad y los resultados, estar aburrido está mal visto. El tiempo libre debe utilizarse para «hacer algo». El próspero mercado del entretenimiento, en todas sus formas, es una prueba de ello.
El miedo al tiempo libre
Los padres suelen pensar que sus hijos necesitan ser estimulados constantemente para garantizar un buen equilibrio y educación. Así que hacen todo lo posible para llenar su tiempo. Las nuevas tecnologías, los videojuegos, la televisión, la radio, la escuela o el trabajo, el ocio o las actividades extraescolares, todo está hecho para mantenernos ocupados. Por eso, cuando ya no hay nada que hacer, la ansiedad y la preocupación se apoderan de nosotros. ¿Has oído hablar de la «ociofobia», la «fobia al tiempo libre», es decir, el miedo a no tener nada que hacer? Parece que este nuevo mal es característico de nuestro tiempo.
Los beneficios del aburrimiento para los niños
En una época en la que las pantallas han invadido nuestras vidas, resulta complicado aburrirse. Sin embargo, es importante acoger esta emoción como cualquier otra. Y aprender a domesticarla para extraer todos sus beneficios. Un poco de aburrimiento es bueno para tu hijo.
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El aburrimiento es bueno para el cerebro
Nuestro cerebro nunca deja de «trabajar», incluso cuando dormimos o no hacemos nada. De hecho, Bernard Mazoyer, especialista en neuroimagen cognitiva de la Universidad de Caen,en Francia, ha demostrado que el cerebro funciona siempre al 100% de su capacidad, estemos o no concentrados conscientemente en una tarea. Para el profesor, la actividad cognitiva consciente sólo consume el 1% de la energía utilizada por el cerebro. ¿Y qué pasa con la actividad no consciente? Antes que él, Marcus Raichle, investigador en neurología, observó que ciertas áreas cerebrales, sobre todo las relacionadas con la memorización, se activan cuando el cerebro no está concentrado en una tarea específica. Esto se conoce como red por defecto.
En términos sencillos, podemos decir que la red por defecto desempeña un papel importante en la memorización, la creatividad y la ensoñación. Y por fin podemos entender la importancia de dar un descanso al cerebro.
El aburrimiento ayuda a desarrollar la imaginación
Cuando un niño no hace nada, recurre a sus recursos personales para superar el aburrimiento. Están más en sintonía con su mundo interior, sus deseos y sus gustos. Un niño que se aburre se tomará el tiempo de observar lo que ocurre a su alrededor. Descubrir su entorno con una nueva perspectiva les permitirá desarrollar un mundo imaginario e inventar historias. El aburrimiento empuja a los niños a usar su imaginación para encontrar formas de ocuparse. Y así, un trozo de papel enrollado se convierte en un telescopio y un joven explorador aparece ante sus ojos. Seguro que tienes papel de aluminio… ¡ups! Busca al pequeño astronauta.
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El aburrimiento fomenta la creatividad
Dos investigadores británicos de psicología, Sandy Mann y Rebekah Cadman, realizaron un estudio muy serio sobre el tema. Para llegar a este resultado, pidieron a una muestra de personas que realizaran tareas tediosas como copiar números de una guía telefónica durante 15 minutos. Después, hicieron que las mismas personas realizaran una actividad más creativa. Hicieron el mismo experimento con otro grupo, sin hacerles hacer el tedioso trabajo primero. Resultó que los logros del primer grupo eran más inteligentes que los del segundo.
Repitieron el experimento pidiendo a otra muestra que hiciera el mismo ejercicio simplemente leyendo los números de la guía telefónica en voz alta. La conclusión fue aún más sorprendente. Este estudio reveló que cuanto más pasivas y aburridas son las actividades, más estimulantes son para la creatividad.
Durante una actividad automática, la mente se libera para pensar en situaciones anteriores y buscar nuevas soluciones, nuevos caminos. Las actividades aburridas permiten la aparición de nuevas ideas que no necesariamente surgirían si la mente estuviera constantemente ocupada.
El aburrimiento da poder
El aburrimiento es una experiencia de aprendizaje. Cuando los niños tienen que pensar por sí mismos qué pueden hacer para entretenerse, desarrollan no sólo su creatividad sino también su autonomía. El juego libre les permite hacer sus propias elecciones y decisiones. También ganan confianza en sí mismos cuando se dan cuenta de que sus padres les dejan actuar sin contradicciones.
Al niño le interesa aprender a jugar solo, sin recurrir a la ayuda externa. Le prepara para la soledad, que podrá aprehender cuando aparezca sin ansiedad y ser independiente.
El aburrimiento permite el autodescubrimiento
Al final, al dar rienda suelta a la imaginación, uno echa mano de sus recursos personales y elige hacer lo que más le gusta. Soñar, dejar espacio a nuevos pensamientos, crear, explorar, todo ello permite al niño desarrollarse y así descubrir lo que le gusta, sus intereses, sus necesidades y, en definitiva, quién es.
Está claro que el aburrimiento, consumido con moderación, es bueno para la salud de nuestros hijos, pero no sólo eso. En efecto, ¡no hay edad para el aburrimiento! Todos estos beneficios son igualmente aplicables a los adultos. Es bueno que todo el mundo deje vagar su mente de vez en cuando. ¿Qué opinas?
Fuentes :
1 Sandi Mann y Rebekah Cadman, ‘Being bored at work can make us more creative’, Taylor and Francis Online, 08.05.2014
2 Caroline, La importancia de alimentar la creatividad de los niños (En la escuela y en casa), Learn, Review, Remember, 18.08.2016
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