Para algunos niños, el momento de la comida puede ser una prueba y transformarse en una lucha para los padres. Hay niños que nos soportan el pescado, o los que quieren todo triturado desarrollando una fobia a las texturas u otros deben seguir reglas muy precisas antes de aceptar alimentarse.
Rechaza los trozos
Entre1 y 2 años y fuera de una patología, un niño generalmente comienza a alimentarse con pequeños trozos. Sin embargo, no es raro que un niño rechace y haga un bloqueo antes este cambio. Si el niño se alimenta con potitos de farmacia o tiendas, habrá cogido la costumbre a sabores estandarizados con una textura muy pulverizada. Los trozos pueden darle miedo, sobre todo si en una primera experiencia, se atraganta. Puede también tener dificultades de deglución que hacen la masticación y la ingesta de trozos difícil.
¿Qué hacer? Sobre todo no forzar al niño. Haga una aproximación gradual proponiendole regularmente productos en trozos en pequeñas cantidades. Si el niño tiene miedo de tragar los trozos, utilice un productos como el nibbler, un bolsillo de malla que el niño podrá llevarse a la boca para aprender a masticar sin temor a atragantarse con los trozos. El nibbler permite seguir una etapa intermediaria entre los alimentos triturados muy finamente de los potitos y la alimentación en trozos, haciendo descubrir nuevos sabores.
Si el niño presenta problemas de masticación, existen herramientas como los Chewy Tubes que permiten una re educación determinada. Le aconsejamos contactar con un logopeda que conozca bien este tipo de herramientas y que podrá tratar a su hijo.
De manera global, los problemas motores pueden tener repercusiones en las costumbres alimentarias de un niño. Verifique que no tiene problemas de coordinación, como si le cuesta llevarse la cuchara a la boca. FAcilite la tarea estabilizando los platos en sets de mesa antideslizamiento o utilice platos con bases de ventosa.
Tazón ventosa – DL112 | Mantel de mesa antideslizante DYCEM | plato inclinado con ventosa |
Es muy selectivo
Ciertos niños tienen una sensibilidad del gusto muy elevada: sus sensaciones son desmesuradas y reaccionan muy fuerte a algunos alimentos que pueden realmente incomodarlos por su textura, su olor, su presentación (color, forma…). Por ejemplo, reaccionan muy fuerte al sabor del marisco. Cuando un niño tiene problemas autistas, estas hipersensibilidades son muy frecuentes. Estos niños, muy selectivos en la elección de los alimentos que comen, prefieren productos de sabor más neutro como la pasta, el arroz, las patatas o el pollo.
En este caso, es preferible tener una aproximación muy progresiva en la introducción de nuevos alimentos y sobre todo no forzar nunca al niño a comer algo que no quiere probar. No sirve de nada engañarle «escondiendo» los alimentos en los platos. El niño podrá desarrollar un sentimiento de desconfianza a la comida y una perdida de confianza hacia los padres. Opte por una aproximación gradual, probando los nuevos sabores fuera de las comidas.
Ejemplo de aproximación gradual en la introducción de un nuevo alimento (fuente participate) : |
- Ponga un trocito en el plato
- Tocar el trocito
- Llevarse el trocito a los labios
- Lamer el alimento
- Poner un trocito en la boca, sin tragarlo
- Meter un trocito en la boca y tragarlo
Tiene costumbres alimentarias especifícas
Una percepción aumentativa de los detalles puede tener repercusiones en las costumbres alimentarias, Un niño puede tener tal obsesión por los detalles que un mínimo cambio en estas costumbres puede legitimar un rechazo a un alimento: un plato diferente, otros cubiertos, el pan con otra forma, otra marca de comida… La manera en que los alientos se organizan en el plato puede tener también una elemento determinante. Ciertos niños no soportan que los alimentos se toquen. En ese caso puede utilizar platos con compartimentos que permitan la separación de los alimentos. Un niño puede también generalizar una experiencia desafortunada. ¿No le gustan las espinacas? Puede que no quiera volver a comer un alimento verde…
Algunos niños, sobre todo los que tienen trastornos autistas, pueden tener necesidad extrema de rutina y de seguridad. Comer variado es un verdadero reto para ellos dado su rigidez a los cambios. Puede utilizar un soporte visual para poner en la cocina. Este soporte le permitirá visualizar los alimentos que compondrán el menú semanal y ahora visible cada comida.
Le aconsejamos:
El panel de carteles gigante | Chef, la cocina accesible | Paneles modulables grandes |
Síguenos en: