Rojas, azules, verdes, lisas, estriadas, con granos, con peso o no… Las pelotas sensoriales permiten a los niños desarrollar varias habilidades como la destreza, la motricidad y la coordinación. Descubre nuestras ideas.

Bolas sensoriales: diferentes texturas, pesos, materiales

El llamado «balón sensorial» es un balón con diversas variaciones. En efecto, su color (liso, contrastado, coloreado, transparente…) puede variar. También su material (tela, plástico duro, plástico blando…). Pero también su textura (granulada, lisa, acanalada, hueca…), su peso (con peso o no), su contenido (pueden ser transparentes, contener arena con un pequeño elemento, purpurina…), su tamaño, su olor (algunos tienen olores particulares), su ruido (algunos contienen un timbre).

Como puedes ver, una pelota sensorial es un objeto que apela a lo sensorial, a la percepción a través de nuestros diferentes sentidos (incluidos el propioceptivo y el vestibular).

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¿Por qué utilizar bolas sensoriales?

Pongámonos de acuerdo: dependiendo del objetivo que tengas en mente, el uso de las bolas sensoriales no será el mismo. Las bolas sensoriales son herramientas que permiten trabajar tal o cual área, en forma de actividades; no son un objetivo en sí mismas. Por otra parte, la amplia gama de balones sensoriales del mercado favorece la variación de los objetivos de trabajo.

He aquí algunos elementos (lista no exhaustiva):

Habilidades motoras: coordinación y disociación

Una pelota sensorial, como cualquier otra, permite trabajar la coordinación mano-ojo y la coordinación a dos manos (lanzar, coger…). Así, cuando un niño utiliza ambas manos para agarrar o manipular una pelota sensorial, las dos pueden funcionar de forma independiente (estar disociadas) y/o coordinada (coordinación a dos manos).

Al jugar con una pelota, el niño mejora su coordinación y su habilidad. Desarrollan el equilibrio y la fuerza muscular. Toman conciencia de su cuerpo como herramienta: utilizan los brazos y las manos para coger el balón, lo patean con los pies. Por último, el niño aprende a evaluar las distancias, a afinar su seguimiento visual, a medir su fuerza, a moverse en función de varios parámetros… Ofrecerle pelotas que difieren en material, tamaño, forma, peso o incluso color permite al niño desarrollar sus habilidades motrices al proporcionarle un estímulo sensorial adicional.

Atención conjunta y permanencia de objetos

Cuando se juega con pelotas sensoriales, es muy posible lanzar la pelota y señalarla mientras se dirige al niño: «¡Mira, esa pelota roja está rodando rápido! El niño que presta atención mirará y seguirá el movimiento de la pelota. Incluso alternarán su mirada entre el objeto y el adulto que se dirige a ellos. También podemos esconder esta bolita, si observamos que el niño se interesa por ella, simulando que la busca. El niño puede, por sí mismo, según su edad y desarrollo, encontrarlo (permanencia del objeto) y míralo: ¡depende de ti que estos pequeños juegos duren!

 

Desensibilización táctil y oral

Algunos niños pueden rehuir la estimulación táctil (niños que no soportan lavarse las manos, tener las manos sucias, que tienen dificultades para manipular los alimentos, o incluso para llevárselos a la boca, etc.). Con estas pelotas, poco a poco, al ritmo del niño, y según su umbral de tolerancia, se pueden utilizar estos objetos para desensibilizar la parte táctil, para tranquilizar al niño sobre lo que es soportable o no, para darle la oportunidad de tener un feedback sensorial para darse cuenta de la existencia de sus manos. En función de las recomendaciones, las evaluaciones sensoriales realizadas por los profesionales, se pueden proponer protocolos adaptados al niño.

La observación de las reacciones del niño y el respeto por ellas son esenciales a la hora de ofrecer estos objetos.

Lote de 6 pelotas: Estas 6 pelotas de plástico suave ofrecen cada una, una superficie táctil específica. Hágalas rodar en el suelo, láncelas suavemente, explore su superficie con la punta de los dedos.

Pelotas con canicas:  Estas pelotas rellenas de canicas de plástico hacen un ruido de grava cuando se tocan. Este retorno sonoro facilita así la concentración y la coordinación ojo – mano. En la superficie, pequeñas bolitas refuerzan la adherencia para la presión y atraen una estimulación táctil suplementaria.

>> Leer: La hipersensibilidad emocional

Propiocepción

Con ciertas pelotas sensoriales, es posible ofrecer al niño pequeños masajes, variando la presión, el peso y las texturas de las pelotas. De hecho, algunos de ellos pueden tener un sistema propioceptivo mal integrado, es decir, una mala percepción de su cuerpo tanto si está estático como en movimiento. Al proporcionarles información sensorial mediante el masaje y la presión profunda, les permitimos integrar mejor su cuerpo. Esto puede repercutir en sus movimientos, en su capacidad de inhibición y por tanto de atención, en su autonomía, etc.

>> Lea también: Masajes sensoriales y sus herramientas indispensables

Juego de roles

Divertirse sentándose uno frente al otro y haciendo rodar la pelota puede ser una forma de trabajar la toma de turnos. Esta es una habilidad social importante en el desarrollo de los niños.

Comunicación

Jugar con pelotas sensoriales también puede ofrecer oportunidades de comunicación. Sólo con nombrar las diferentes cualidades de cada pelota (su peso, color, textura, etc.) y explicar lo que nos parece («está fría», «es blanda», «pesa», etc.), podemos ampliar el vocabulario del niño.

Por otro lado, si la pelota sensorial es muy atractiva para el niño, es posible trabajar los requisitos previos para la comunicación, como las peticiones (mirar, señalar, combinar mirar + señalar + vocalizar, hacer una elección, etc.)

 

Pequeñas pelotas terciopelo x 6: Lote de 6 pelotas en espuma y recubiertas de terciopelo suave al tacto. Las 6 pelotas son de formas diferentes, y todas ellas bonitas y fascinantes: con estrías, agujeros, bultos.

Emparejar / Clasificar

Es posible realizar actividades de clasificación cognitiva con las bolas sensoriales, en función del desarrollo del niño. El emparejamiento puede hacerse según diferentes criterios:

  • Bolas idénticas
  • Fotos de bolas idénticas
  • Bola con su imagen
  • Bolas según sus colores, formas, texturas…
  • Desarrollo de los sentidos en el niño pequeño

El desarrollo de los sentidos en el niño pequeño implica la experimentación y la exploración de diversos objetos. Ofreciéndoles diferentes tipos de bolas sensoriales, les permitiremos descubrir y explorar nuevas sensaciones.

Estas percepciones impregnan el cerebro del niño y le dan las canicas para entender el mundo que le rodea, para interpretarlo y aprehenderlo. Así se construyen las primeras conexiones neuronales. Y, por tanto, ¡la inteligencia del niño!

balles sensorielles miroir

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¿Cómo elegir una pelota sensorial?

La elección de una pelota sensorial se hace observando el desarrollo, los intereses, las habilidades y las necesidades del niño. Es importante no descuidar las reacciones sensoriales del niño; dependiendo del perfil de cada niño, es posible que la misma pelota tenga efectos diferentes.

El compromiso del niño sólo se logrará si está interesado y motivado. No tiene sentido forzar a un niño que no quiere jugar con bolas sensoriales.

Los profesionales (psicomotricistas, terapeutas ocupacionales, psicólogos, logopedas, educadores) pueden ser un buen apoyo si te planteas el interés o no de las pelotas sensoriales para tu hijo. No dudes en compartir tus dudas.

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