¿Qué es la dispraxia y cómo identificarla en los niños? En este artículo, Ana Belén Mora, terapeuta ocupacional, especializada en integración sensorial y salud integrativa; nos explica todo, así como la manera de intervenir con ejemplos de juegos para la rutina diaria. ¡No te lo pierdas!
¿Qué son las praxis?
Según Jean Ayres, la praxis es: «La habilidad del cerebro para concebir, organizar y llevar a cabo una secuencia de acciones desconocidas…(1979,p. 183)» y más adelante diría que implica: «Planear y ejecutar movimiento coordinado en tres pasos secuenciales: Ideación o conceptualización de una acción, planeamiento o elección de una estrategia de acción y la ejecución motora de la acción (1985).»
El planeamiento motor y sus diferentes fases
La planificación motora (praxis) se da en actividades nuevas o diferentes de realizar. Para el desempeño de la actividad el niño/a ha tenido que realizar dos procesos claros para llevarla a la acción motora:
- Tener una idea ¿Qué hago?
- Tener un plan ¿Cómo lo hago?
Si no existe disfunción en ninguna de las fases anteriores del proceso se pasará a una tercera.
- Tener que ejecutarlo; acción motora.
Si se lleva a cabo de forma adecuada este proceso podrá organizar, planificar y ejecutar destrezas y habilidades de manera eficiente, impactando en sus actividades cotidianas. El planeamiento motor incluye tanto habilidades sensoriales, motoras como cognitivas.
¿Qué es la dispraxia?
Implica la dificultad en la habilidad para utilizar las manos y el cuerpo en actividades que conlleven el uso de objetos o resolución de situaciones novedosas. Estos niños/as suelen tener buenas habilidades cognitivas resolviendo con facilidad tareas conocidas, sin embargo, poseen dificultades para enfrentarse al aprendizaje de tareas nuevas. Por ejemplo, aprenden después a andar en bicicleta o rechazan jugar con compañeros por el desafío que les suponen los juegos deportivos.
Dificultades con la dispraxia
Tienen dificultades en la organización y secuenciación de tareas, en la resolución de problemas, en la conciencia y control corporal. A los padres les suele resultar difícil de comprender que con las altas habilidades cognitivas que tienen no hagan bien tareas sencillas. En cambio, para los peques es muy dificultoso organizar sus manos y cuerpo para realizar esas actividades.
Las dificultades que presentará tu peque estarán relacionadas con la planificación motora; ideación, secuenciación , organización temporo-espacial y ejecución. De este modo, podrá presentar torpeza motora, pobres habilidades de juego, problemas manipulativos y visuales, desafíos para la organización de su conducta y pérdida de autonomía en sus actividades diarias por la dificultad para organizar y secuenciar la actividad.
>> Saber más: La lateralidad, ¿cómo funciona?
Signos clave para identificar la dispraxia del niño en su rutina diaria
Vamos a enumerar algunas de los signos más frecuentes en cada uno de las áreas de la vida de un niño/a:
Autocuidado
- Muestra dificultades en actividades que requieren el uso de las dos manos como abotonar o abrochar cremalleras.
- Tarda más tiempo en adquirir nuevas destrezas por ejemplo en el vestido: atarse los cordones.
- Suelen ir más despacio y tardar más en habilidades para su autonomía como el manejo de cubiertos en la alimentación.
- Se ensucia mucho cuando come.
- Posee dificultades para ordenar su habitación.
Juego y participación social:
- Tiene un juego imaginativo limitado.
- Prefiere ver a otros jugar y mantenerse al margen.
- Disfruta de dar órdenes a los demás para que lo hagan por él.
- Muestra problemas para proponer nuevas formas de jugar (suele repetir las mismas).
- Tiene problemas para saber cómo se juega con los materiales u objetos.
- Le cuesta establecer relaciones con sus compañeros o prefiere la compañía de los adultos.
- Dificultad para adaptarse a obstáculos, se mueve de forma insegura.
- Presenta dificultad para hacer puzles o manualidades por ser tareas motoras finas.
En el colegio:
- Puede tener dificultad en las clases de educación física, no se le suelen dar bien los deportes, prefiere evitarlos o los rechaza.
- Puede mostrar dificultad en tareas motoras como saltar.
- Tarda más que otros niños en aprender a escribir.
- Suele llevarle demasiado tiempo hacer sus tareas o no llegar a terminarlas.
- Tiene dificultades para organizar su mochila o su pupitre.
- Muestra dificultad para empezar una actividad o para cambiar de una actividad a otra.
>> Descarga: Juegos para trabajar la dispraxia en los niños
¿Cómo ayudar al niño con dispraxia?
Desde Terapia Ocupacional utilizamos una valoración en el desempeño ocupacional de todas las áreas del peque para identificar cuál es el origen de sus dificultades. Pueden ser abordados a través de la terapia ocupacional y especialmente con integración sensorial para niños/as que cursan con somatodispraxia. También se suele aplicar procesos cognitivos o teorías provenientes de Control Motor.
El abordaje de la dispraxia
El abordaje irá enfocado a actividades graduadas. Empezando por movimientos simples hasta llegar a secuencias más complejas. Aplicar actividades que requieran la acción de todo el cuerpo y ofrezcan información sensorial vestibular, táctil y propioceptiva. Dando importancia a esta última a través de actividades de empuje, arrastre o contra resistencia, nos servirá de gran ayuda.
Consejos
Además, será importante buscar actividades novedosas dónde los pasos sean diferentes siempre ofreciendo el reto justo para disminuir la frustración. Evitaremos adelantar el siguiente paso siendo mejor optar por la opción de feedback para que perciban la acción. Será de ayuda dar información y pistas verbales pero evitando hablar demasiado.
Finalmente, lo más importante de todo será que el peque disfrute y trabaje en función de su motivación intrínseca.
Caso práctico de intervención con dispraxia
Martina, es una niña de 6 años, muy alegre, participativa con los adultos aunque no tanto con sus iguales en el colegio y más concretamente en las actividades deportivas. Sus padres mencionan que le cuesta aprender habilidades nuevas como las clases de baile a las que le han apuntado.
Tras una valoración exhaustiva de todas áreas de desempeño de Martina y de su participación en los diferentes contextos podemos observar que presenta dificultades en las praxis. Le cuesta idear, organizar y secuenciar las actividades para llevarlas a cabo. No sabe cómo usar su cuerpo para su desempeño.
Objetivo de la intervención
Como objetivo principal para la intervención se establece conseguir idear nuevos juegos que le sirvan para ponerlos en práctica en el colegio, así como organizar, secuenciar y ejecutar la actividad de manera funcional permitiendo participar a Martina en sus actividades escolares de educación física y sus clases de baile.
Sesiones con Martina
En las sesiones con Martina lo primero será preguntar ¿A qué quieres jugar? De esta forma estamos incitando a tener que idear un juego. Mientras, observamos qué le motiva para usarlo en las intervenciones. En este caso es un juego estuche geoformas/) y geohombrecito porque le llaman la atención sus piezas. Ahora sólo tenemos que pensar cómo introducimos el juego, ¿Te parece Martina si utilizamos este juego que tanto te gusta dentro de un circuito?
Realizar un circuito nos permitirá idear cada actividad, ordenar y secuenciar. Para ello utilizaremos un espejo gigante tipo pizarra para ir apuntando/dibujando los pasos de nuestro circuito para avanzar en la planificación motora. Además, el circuito nos permitirá utilizar material que aporte información vestibular (columpio), táctil (saco sensorial) y propioceptiva (escalera para escalar) ayudándonos mucho a que sienta y conozca su cuerpo para utilizarlo en el juego.
Peonza gigante: Risas aseguradas con la peonza gigante. Desarrolla el equilibrio, la coordinación, la fuerza pero de una forma divertida. Gira con la ayuda del peso del cuerpo. Utilizable en el agua. Plástico rojo ultra resistente.
Whizzy Dizzy: Extremadamente sólido y estable, el Whizzy Dizzy estimula el sentido vestibular. A los niños les encanta instalarse y hacerlo girar como en un tiovivo gracias a la gran manija central ultra manejable. De plástico resistente. Peso máximo: 54 kg. diam. 55 cm. Alto. 30 cm. A partir de 3 años.
El circuito
De esta manera, juntas hemos creado un circuito:
- Subirse al columpio y saltar al puf.
- Así llegamos a la escalera para escalar y coger el maletín con el juego que tanto le había gustado.
- Nos introducimos en el saco sensorial para coger las piezas que nos hacen falta para completar la figura del juego.
- Salimos del saco para poner las piezas que faltaban y completarlo.
Se le irá dando información verbal para ayudar a organizar y secuenciar el juego. Escribirlo/Dibujarlo la ayudará a organizar sus ideas. Será importante el feedback sobre su propio cuerpo en las acciones más motoras, además de que se sienta segura para continuar. Siempre pondremos el desafío justo para conseguir la respuesta adaptativa adecuada. De este modo estará motivada para seguir mejorando y nosotros hemos conseguido los objetivos propuestos. ¿Y qué mejor forma que a través del juego y el disfrute?
Me llamo Ana Belén Mora, soy terapeuta ocupacional especializada en integración sensorial y salud integrativa. Mi principal labor es construir salud desde pequeños y acompañar a los peques y sus familias para potenciar su desarrollo para que sean autónomos.
Trabajo tanto en el offline (en el propio entorno del niñx) como en el online. También colaboro con diferentes centros donde los peques y sus familias se pueden beneficiar de mis servicios. Puedes seguir su trabajo en www.anabelenmora.com y en Instagram @anabelen.mora. Para concerla un poco más: https://bit.ly/3Kt6N0R
BIBLIOGRAFÍA
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Matesanz Garcia B, Moya Rosendo D. La Teoría de la Integración Sensorial.
Moral Orro G, Pastor Montaño MA, Sanz Valer P. Del marco teórico de integración sensorial al modelo clínico de intervención. TOG (A Coruña) [revista en Internet]. 2013; 10(17): [25 p.]. Disponible en: http://www.revistatog.com/num17/pdfs/historia2.pdf
Serrano P. La integración sensorial en el desarrollo y aprendizaje infantil. Lisboa: Narcea; 2019
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