La depresión no es un capricho ni un deseo de hacerse notar. La depresión es una enfermedad crónica que afecta a muchas personas. Y tanto los niños como los adolescentes pueden verse afectados, al igual que los adultos. 

Reconocer la depresión en niños y adolescentes

Durante mucho tiempo, el diagnóstico de los jóvenes que sufrían depresión era especialmente difícil. De hecho, la depresión ha sido durante mucho tiempo muy mal identificada en niños y adolescentes.

Jeune fille assise et recroquevillée avec la tête posée sur ses genoux

Ver los signos de la depresión

Los síntomas más comunes de la depresión, tanto en niños como en adultos, son la tristeza profunda, el aumento del desinterés, la inhibición intelectual, pero también los trastornos del sueño y/o de la alimentación. La persona deprimida puede tener dificultades para conciliar el sueño, negarse a acostarse o tener el sueño perturbado por pesadillas y/o despertares repetidos. Los trastornos alimentarios se manifiestan a través de la falta de apetito, la anorexia o los atracones.

En los niños, sin embargo, algunos síntomas son más específicos. De hecho, la depresión puede provocar especialmente momentos de ausencia, retraimiento social o comportamiento irritable y agitado en los niños. De un extremo a otro, puede replegarse sobre sí mismo o perder la paciencia e irritarse rápidamente. El dolor recurrente también puede ser un signo de depresión. Los problemas psicológicos del niño suelen reflejarse en el cuerpo.

En el adolescente, se trata de una agresividad inusual que se expresa con mayor frecuencia al inicio de la depresión. La indiferencia, la falta de interés en la escuela, el abuso verbal, el abuso de alcohol, drogas o medicamentos y cualquier comportamiento «perjudicial» pueden ser una señal.

Por lo general, los cambios notables en el comportamiento aparecen muy rápidamente y son las señales más alarmantes.

Enfant qui tient un poteau dans ses bras. Il a l'air triste.

Comprender las palabras del niño/adolescente deprimido

Ciertas expresiones verbales pueden demostrar un profundo malestar en el niño o adolescente. Es necesario considerar cuidadosamente las palabras de tu hijo. Estas frases pueden ser alarmantes en función de su contexto y de su frecuencia; es importante evitar malinterpretar una expresión verbal y tomarse el tiempo necesario para examinar el estado del niño.

  • «No me importa» / «No me importa» / «No quiero nada»: pérdida de interés y placer.
  • «Soy un inútil» / «No sirvo para nada»: pérdida de autoestima, desvalorización.
  • «Es mi culpa» / «Soy malo» / «Estoy avergonzado»: sentimientos de culpa y vergüenza.
  • «No puedo hacerlo»: sentimiento de impotencia.
  • «Nadie me quiere» / «Si no estuviera aquí, sería mejor» / «Los demás estarían mejor sin mí»: pérdida de amor, sentimientos de desesperación, ideas de desaparición, muerte, suicidio.
  • «No me acuerdo, no sé» / «No entiendo nada»: déficit de atención, problemas de memoria.

No dudes en preguntar a los profesores y a otras personas sobre el comportamiento de tu hijo fuera de casa. Saber cómo actúa tu hijo fuera de casa es siempre muy importante.

Jeune femme assise au sol dans la forêt. Elle est entourée de brouillard et ses cheveux sont dans son visage.

¿Qué hacer como padre de un niño con depresión?

Como padre de un niño que sufre una depresión, a menudo es difícil saber cómo ayudar y cómo intervenir. Por lo tanto, es muy importante observar a tu hijo y escucharlo. Escuche atentamente y, si es necesario, abra un diálogo. Hazle saber a tu hijo que puede hablar contigo y que la comunicación siempre será posible. Sin embargo, tenga cuidado de no forzar a su hijo a hablar si no quiere hacerlo. El diálogo no debe ser una obligación: esté presente, pero no obligue a su hijo a hablar con usted.

También es importante ser consciente de que el niño puede querer hablar con alguien que no sea usted. Aunque sean los padres del niño, éste puede querer confiar en un abuelo, una tía, un hermano, un amigo, un profesor… ¡Y no te lo tomes a mal! Respeta sus elecciones y necesidades.

En cualquier caso, ten cuidado con el trato que le das al niño. Intenta no romper a llorar delante de ellos cuando te digan que tienen dificultades. Evita también transmitir tus miedos y dudas. Tu papel es sobre todo tranquilizar, apoyar y escuchar al niño. Si te muestras infeliz, el niño puede pensar que es culpa suya. Esto puede aumentar su sentimiento de culpa, y pueden sentirse muy enfadados y con miedo a compartir sus problemas contigo.

También debes ser consciente de que es mejor que el niño hable con un profesional si la situación lo requiere.

Photo en noir et blanc d'une petite main d'enfant dans une main d'adulte.

Los niños y adolescentes que sufren depresión son especialmente frágiles. Por lo tanto, es importante tomarse el tiempo para escucharlos, apoyarlos y darles gentileza y apoyo. 

 

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