Recomendado a los niños a partir de 8 años, a los pre adolescentes y a los adultos no solo por el placer de jugar sino también por la reeducación.
Este juego de lógica tiene una progresión verdaderamente real, las partidas pueden ser de corta duración pero su efecto sobre las neuronas es grande.
«Todos lo adoran (yo también) e incluso los peques quieren comerlos. Incluso algunos se los meten a la boca. Una de mis pacientes,alérgica a las matemáticas desea el juego».
El desafío:
Hay que analizar y combinar las pistas dadas en las cartas «desafíos» y resolver cada uno. Permite probar las capacidades de la reflexión y desarrollarlas.
Ponga los 9 bombones de chocolate en el tablero de juego en el lugar adecuado para resolver cada desafío.
Permite también trabajar de manera lúdica los conceptos siguientes:
- El espacial
- La clase multiplicativa de Piaget: conjunción de 2 o mas factores (dos casos contrarios o pistas) para obtener una respuesta.
- La resta: lo que no se ve, se debe considerar para conseguir el desafío.
A utilizar con personas afásicas que no hablan o con enfermedades degenerativas (Parkinson, Alzheimer) :
- Permite una estimulación del pensamiento interior lo que le da un sentimiento de verbalización durante el ejercicio.
El interés del juego es la reflexión, la concentración y la capacidad visual-espacial. Combina las formas, los colores y la orientación espacial. Solo he podido completar con mis residentes los primeros niveles, ya que los niveles siguientes son muy complicados para ellos.
De todas formas, siempre se pueden hacer unas fichas especiales en función de la persona.
Un juego para regalar, para compartir entre grandes y pequeños.
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