Cuando hablamos de hipersensibilidad o hiposensibilidad hablamos al mismo tiempo de integración sensorial. En cualquiera de los dos casos nuestro cerebro no recibe o no procesa de forma adecuada la información sensorial. Estas informaciones recibidas continuamente por nuestro cerebro provienen de nuestros 7 sentidos: tacto, gusto, oído, olfato, vista, propioceptivo y vestibular. Acto seguido son organizadas y tratadas para producir una respuesta adaptada: un movimiento, una postura, un comportamiento. Cuando una persona no consigue realizar un procesamiento correcto de la información sensorial hablamos de trastornos de la modulación sensorial, que se traduce por una hipersensibilidad o hiposensibilidad.
¿Qué es la hiposensibilidad?
Como se ha definido en la introducción del artículo la hipersensibilidad es un trastorno del proceso de la información sensorial. ¿pero qué implica eso? Pues bien, la hiposensibilidad se traduce por una falta de reacción ante un estímulo sensorial como puede ser un sonido, un olor, un dolor… O bien la búsqueda de sensación para que la información sea procesada por el cerebro. Aquí tienes varios ejemplos:
- La producción de sonidos
- Introducir objetos en la boca ( objetos con picos por ejemplo)
- Oler la comida, los objetos, las personas…
- Moverse de forma continua
- Necesidad de balancearse o de girar
- Golpearse contra personas, objetos o paredes
- Dejarse caer de forma voluntaria
- (…)
Es importante saber que cada persona tiene un límite de sensibilidad distinto. Por ello cada trastorno puede ser completamente distinto del de otra persona. Uno puede ser hiposensible al ruido y otro a nivel vestibular.
La mayoría de los casos, los trastornos sensoriales como la hiposensibilidad afecta a las personas con autismo. A día de hoy sabemos que alrededor del 40% de personas autistas (Rimland, 1990). Este porcentaje se encuentra igualmente en las personas con Síndrome de Asperger (Garner et Atwood 1995).
>> La importancia de la integración sensorial en el juego
¿Cómo saber si mi hijo es hiposensible?
Existen algunas alertas que pueden ponernos en guardia para pensar en hiposensibilidad. Sin embargo, únicamente los especialistas como los profesionales de la Terapia Ocupacional pueden diagnosticarlo. Aquí te damos unos ejemplos:
- La vista : atraído por los objetos brillantes
- El oído : le gustan los ruidos fuertes como las alarmas, el ruido de sirenas…
- El tacto : es o parece insensible al dolor, le gusta que se le apriete fuerte, e introduce todo a la boca.
- El gusto : le gustan los alimentos con un sabor muy pronunciado
- El olfato :le gusta oler los alimentos, los objetos, las personas y le gustan los olores fuertes
- El sentido del equilibrio: le encanta girar sobre sí mismo
- La propriocepción : le gusta llevar cosas pesadas, no es consciente de ciertos signos corporales como la sed
>> Infografía : ¿Cuál es mi perfil sensorial predominante?
>> La integración sensorial según Jean Ayres
¿Qué soluciones ante la hiposensibilidad?
Existen dos enfoques diferentes para responder a las dificultades: la re educación, la adaptación y los ajustes.
La re educación correrá a cargo de los Terapeutas Ocupacionales especializados en el enfoque sensorial. Para los ajustes y adaptaciones del entorno existen soluciones y astucias que te presentamos a continuación:
Le encanta balancearse y girar:
Le gustan los ruidos fuertes:
>> Campanillas musicales con manguito
Le gustan los objetos que brillan
Le gustan las cosas pesadas :
Le gustan los estímulos en la boca:
Fuentes:
Autismo Diario
Integración Sensorial. Instituto de Terapia Ocupacional
Es posible que un niño sin TEA pueda ser hipo sensible al dolor?