Cuando hablamos en general de ceguera o deficiencia visual nos estamos refiriendo a condiciones caracterizadas por una limitación total o muy seria de la función visual. Los niños con este tipo de deficiencias poseen los patrones del movimiento más pobres ya que se adquieren a través de la imitación y el comportamiento social. Por ello, la psicomotricidad se ha convertido en una herramienta necesaria en intervención precoz y atención temprana.
La deficiencia visual
La visión suministra una perspectiva global, simultánea y anticipadora del entorno. La deficiencia visual constituye un obstáculo para el adecuado desarrollo cognitivo y social del niño. La respuesta educativa a las necesidades prioritarias que la deficiencia visual genera, requiere una adecuada formación por parte de los profesionales: Para ello, es preciso que adquieran los conocimientos básicos relativos a la clasificación y el diagnóstico de la deficiencia visual, los aspectos esenciales del desarrollo y los fundamentos de la intervención educativa.
Consecuencias de la deficiencia visual en el desarrollo psicomotor
Diversos estudios demuestran que el desarrollo psicomotor es la base para el aprendizaje, el desarrollo intelectual y la madurez del sistema nervioso. Si el niño recibe una adecuada estimulación, se evitan retrasos psicomotores y se contribuye al desarrollo del esquema corporal, la adquisición de la marcha, la prensión, la organización del espacio y del tiempo, el aprendizaje de posturas adecuadas, la orientación espacial, autonomía personal...
La falta de información que el cerebro recibe del sentido de la vista afecta a la movilidad del niño, a su equilibrio, dificultad para imitar visualmente, aparición del miedo a golpearse…lo que puede provocar una inseguridad en sí mismo y miedo a ser autónomo.
La evolución piscomotriz en niños con deficiencia visual tiene un retraso, por lo que si un niño con una vista «normal» comienza a andar a los 12 meses, un niño con deficiencias visuales lo hará a los 24 meses.
El niño encuentra dificultades para cambiar de postura y se queda inmóvil durante mucho tiempo. Por ello es importante, que a través del juego aprenda a mantenerse sentado, sujetarse lateralmente, avanzar a cuatro patas, en definitiva motivarlos a moverse.
Cuando el ajuste ojo-mano es deficitario complicará la autonomía en su vida cotidiana (uso de cubiertos, higiene, vestirse, juego) y podría sufrir un retraso escolar. Ciertas particularidades sensoriales (hiposensibilidad, hipersensibilidad táctil o auditiva) pueden conducir a una búsqueda excesiva de sensaciones o por el contrario, evitarlos (balanceos, esterotipias, búsqueda de sensaciones auditivas por repetición de palabras…) Pueden encontrarse posibles trastornos alimentarios y un retraso en la adquisición del lenguaje.
>> Psicomotricidad: las herramientas esenciales
La psicomotricidad y la deficiencia visual en el niño
En función del perfil visual del niño, el trabajo de psicomotricidad puede tener diferentes objetivos:
- Ayudar al niño a desarrollar su tonicidad, motricidad, su representación del cuerpo, el tacto, lateralidad, organización espacio-temporal… todo ello necesario para los aprendizajes escolares y para el braille en niños no videntes. (>> Descubre nuestras ideas divertidas para crear una célula Braille)
- Favorecer el control motor, la regulación tónico-emocional, el equilibrio, la coordinación y al representación mental y confianza en sí mismo. Todo ello es indispensables para preparase a la a las técnicas de uso de bastón para las personas ciegas.
- Proponer experiencias senso-motrices variadas para enriquecer su vocabulario, sus posturas y dar sentido a las palabras pasando por el cuerpo, para reducir el verbo y mejorar las capacidad de adaptación ante los cambios o situaciones nuevas.
>> Consejos ONCE: ¿qué juguetes para niños con deficiencia visual?
En el entorno del día a día
Es necesario adaptar el entorno cercano cotidiano a las necesidades del niño. Cuando el niño es pequeño, la postura, si el adulto lo lleva sobre él, los masajes le hacen tomar conciencia de su cuerpo. Las salidas al parque y los recorridos psicomotores favorecen su actividad física y de exploración. El acompañamiento verbal asociado al tacto o a la audición permite al niño construir una representación de su entorno, de los objetos y personas que lo rodean. La pedagogía Montessori, los libros táctiles, los objetos luminosos, los juegos de escondite, canciones sobre el cuerpo…contribuyen a su desarrollo.
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Fuentes:
EDUCACIÓN INCLUSIVA. DISCAPACIDAD VISUAL. Formación en Red. SECRETARÍA DE ESTADO DE EDUCACIÓN Y FORMACIÓN PROFESIONAL
Muy interesante el tema y didactico me gusto mucho.
Muchas gracias por seguirnos