La utilización de la recompensa para motivar el progreso y desarrollar los aprendizajes no es nuevo, se utiliza desde hace mucho tiempo. Todos necesitamos encontrar o que nos pongan delante «una zanahoria» para seguir motivados.

Para algunos niños, esta motivación social, es querer «hacerse mayor», como su hermano o hermana mayor. Para otros, el proceso de esforzarse no es algo motivante, sino que lo perciben como una da más bien como una perturbación mal recibida en la rutina y el confort. Por ejemplo, en el caso sobre todo de niños con TEA (Trastorno de Espectro Autista) esta motivación social no es un elemento motivador suficientemente presente para estimular el progreso. Por eso es recomendable utilizar un sistema de recompensa externo que busque reforzar el aprendizaje.

¿Qué es un reforzador?

En un contexto educativo, una recompensa o reforzador es una respuesta positiva dada a un niño y que está enfocada a motivar la aparición de un comportamiento deseado. Hablamos más específicamente de reforzadores en el marco de un programa ABA. Cuando deseamos aumentar un comportamiento, hay que reforzar permitiendo al niño obtener una cosa agradable: es el refuerzo positivo. Podemos también permitir a la persona de escaparse de algo desagradable (ej: un dolor que se para): es un refuerzo negativo.

Una recompensa no es solo un objeto o un punto. Puede ser un caramelo o una actividad que le guste mucho al niño. Más allá del simple hecho de recompensar un acto o un progreso, la recompensa motiva, empuja al esfuerzo y a la perseverancia. Debe ser algo especial.

 

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Los diferentes tipos de recompensas

  • Las recompensas primarias: alimentación, golosinas, bebidas…
  • Las recompensas sociales: sonrisas, mimos, felicitaciones orales, atención de mamá o papá.
  • Las actividades interesantes: actividades realizadas por el niño de manera espontánea y regular (ver la televisión, columpiarse…).
  • Las recompensas intermediarias: es el principio de los puntos. Puede ser puntos, pastillas, monedas, pegatinas a coleccionar  y que pueden cambiarse por otras de mayor valor según un baremo establecido.

Las 10 reglas a seguir

  • Recompensar sólo los logros
  • Dar la recompensa inmediatamente después del comportamiento o tarea, NUNCA antes.
  • Utilizar las recompensas más apreciadas para los comportamientos que pidan más esfuerzo.
  • Decir el comportamiento recompensado al dar la recompensa.
  • Si la recompensa no le motiva, cambiarla
  • Realizar una caja de recompensa que puede llenar con las cosas que le gustan. No deje la caja a disposición del niño todo el rato.
  • Hacer visible la recompensa durante la tarea pedida pero sin que sea accesible.
  • Variar las recompensas: los objetos, actividades, alimentos y bebidas…
  • Si da una recompensa alimentaria, no pida al niño que efectúe la tarea o el comportamiento justo después de comer.

8 reforzadores Hop´Toys

 

Material que estimule el sentido vestibular

Columpio avión: Este columpio ofrece un apoyo reactivo en posición de flexión. Puede utilizarse en posición tumbado hacia abajo y así ayudar al paciente más nervioso a tomar confianza en sí mismos. Puede utilizarse envolviendo al paciente sentado para un efecto calmante. En poliéster. Carga de trabajo: 50 kg. Dim : 240 x 80 cm. A partir de 3 años.

Rotator: Permite desarrollar el equilibrio y la coordinación general sentado o de pie. Dim. 51 x 46 x 10 cm. Hasta 60 kg. De plástico rígido. Desde 3 años.

 

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Momentos de mimos y caricias

Rollo masaje presión: Hazlo rodar por la espalda de otra persona para efectuar masajes agradables y aportar una estimulación por presión. Los cilindros en espuma no hacen daño al contrario que algunos productos de masaje en madera. Dim. 30 cm. Sin látex. Colores según disponibilidad. A partir de 3 años con vigilancia de un adulto.

Saco sensorial:  Este saco sensorial aporta un sentimiento de calma y de serenidad creando una cabaña- refugio para calmarse inmediatamente. Solo necesitas desplegarlo e ¡introducirte a su interior! Aporta una sensación de compresión y resistencia con beneficios para los niños que tienen un perfil sensorial específico, sobre todo aquellos portadores de trastornos autísticos, sensoriales o TDAH. Dim. 100 x 50 cm. En Spandex. Lavable a la mano. A partir de 3 años.

 Un refuerzo positivo es aquel que favorece la reiteración de la conducta a partir de la concesión de un premio o de algún tipo de gratificación. ¿Qué tipo utilizas tú?

 

 

Redactora de temas de interés para el blog de Hop'Toys

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